Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando llega el invierno

Publicado por FAIPSY GAIA VIBRA NATURAL en

Un recordatorio para escucharnos, apapacharnos y volver a lo esencial

Cada vez que cambia la estación, nuestros cuerpos lo saben antes que nuestra mente. Lo sienten en la piel, en la respiración, en el estado de ánimo. Y el invierno… el invierno es un susurro suave que nos invita a bajar el ritmo, a recogernos, a volver a casa dentro de nosotras mismas.

Yo siempre digo que el invierno no llega afuera… llega adentro.
Y hoy quiero contarte qué sucede en nuestro cuerpo cuando la Tierra entra en su descanso profundo, para ayudarte a entenderte, escucharte y honrar este cambio con más conciencia.



Nuestra piel: el órgano que más habla en invierno

El frío no solo baja la temperatura: baja la humedad del ambiente.
Y nuestro cuerpo responde de inmediato.

En invierno:

La piel pierde agua más rápido.

La barrera cutánea se debilita un poquito.

Se vuelve más sensible, más seca, más reactiva.

Los labios se deshidratan con facilidad.

El cuero cabelludo puede volverse más seco o generar más caspa por el contraste de cambios bruscos de clima.


Por eso en estas fechas escuchar a la piel es un acto de amor: necesita más apapacho, más lípidos naturales, más humectación profunda y más suavidad.



Menos sol = menos vitamina D = cambios emocionales

En invierno, los días son más cortos.
Recibimos menos luz solar y nuestro cuerpo lo siente:

Baja un poquito la producción natural de vitamina D (la vitamina del ánimo).

Se altera el ciclo luz-oscuridad y la melatonina aumenta.

Nos sentimos más soñolientas, más introspectivas, más sensibles.


Esto no es “flojera”… es cuerpo sabio, adaptándose.
El invierno energéticamente nos invita al silencio, a la pausa, a soltar lo que pesa.



Metabolismo: nuestro fuego interno baja su ritmo

En esta estación, el metabolismo tiende a volverse más lento.
El cuerpo quiere conservar energía, mantener calor y enfocarse en funciones esenciales.

Por eso es normal que:

Tengamos más hambre (sobre todo de cosas cálidas).

Deseemos más carbohidratos.

Tengamos menos energía para actividades intensas.

El cuerpo pida descanso, más sueño, más pausa.


Honrar estos mensajes es respetar tu naturaleza.

Respiración: el aire frío pide más protección

El frío seca las mucosas y eso afecta:

Garganta

Nariz

Vías respiratorias


Por eso en invierno podemos sentir irritación, resequedad o más susceptibilidad a infecciones. No porque estemos frágiles… sino porque nuestras barreras naturales trabajan el doble.

Es importante ayudar al cuerpo con hidratación, vapores suaves, infusiones e ingredientes naturales que nutran desde dentro y desde fuera.



Piel emocional: la parte invisible del invierno

Todo cambio de estación mueve emociones.
El invierno es la temporada de:

Recoger

Replegar

Guardar

Procesar

Sanar lo no atendido


Nos invita a mirar hacia adentro, a descansar, a ser más honestas con lo que sentimos.
No estamos “apagadas”, estamos germinando.

El invierno no es ausencia de vida… es preparación para un nuevo florecer.

¿Qué puedo hacer para acompañar mi cuerpo en invierno?

Pequeños rituales pueden sostenerte profundamente:

1. Hidratar + nutrir tu piel

Ingredientes como mantecas naturales, aceites botánicos, ceramidas vegetales y humectantes profundos devuelven suavidad y brillo.

2. Proteger tu barrera cutánea

Es la temporada ideal para fórmulas más nutritivas, cremas densas, sueros reparadores y bálsamos.

3. Aromaterapia emocional

Cítricos para elevar la energía, vainilla y cacao para apapachar, canela y pino para reconectar con la Tierra.

4. Mover el cuerpo sin exigencia

Paseos suaves, estiramientos, yoga lento… tu energía necesita amabilidad.

5. Comer cálido, real y vivo

Calditos, especias, infusiones, frutas de temporada… alimentos que reconfortan.



Honrar el invierno es honrarte a ti

El invierno no nos quita luz… nos enseña a encontrar nuestra propia luz interna.
A escuchar el cuerpo, a sentir, a pausar, a respirar más lento, a reconectar con lo esencial.

Yo siempre digo que esta estación es como la naturaleza abrazándonos y susurrándonos:

“Descansa bella, vas a florecer de nuevo.”

Y cada producto que creamos en Faipsy busca acompañarte justo en ese camino: a sentirte sostenida, hidratada, nutrida y en paz durante estos meses donde la energía se vuelve más suave, más sagrada, más íntima.

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